jueves, 1 de junio de 2017

Criterios de corrección del comentario sobre las relaciones Iglesia-Estado


Criterios de corrección del comentario sobre las relaciones Iglesia-Estado (opción A junio)
Introducción: Papel centralísimo de la Iglesia Católica en la historia española (reconquista, Reyes Católicos, la Universitas Cristiana de Carlos I, la Inquisición…). Su influencia declinará a partir de la caída del absolutismo, pero seguirá siendo un factor de importancia.

Desarrollo: Iglesia toma partido por el absolutismo frente al liberalismo por su profunda sintonía con el Antiguo Régimen, y por el sentimiento antirreligioso mostrado en la Revolución Francesa, por ejemplo. Esa oposición, y el papel relevante de los sacerdotes en el alzamiento carlista, será factor causal de que la desamortización de Mendizábal se centre en los bienes eclesiásticos (doc 1), lo que a su vez reforzará el odio clerical al liberalismo.
De ahí va a surgir una oposición liberalismo (y opciones progresistas en general)-Iglesia constante a lo largo de los siglos XIX y XX, que se relajará en los periodos moderados (doc 2) y se acentuará en los periodos más progresistas (bienio progresista, sexenio democrático y por supuesto República).
De esta manera, la Iglesia será considerada la personificación de la reacción, y ya a partir de la Semana Trágica serán los bienes y personal del clero los objetivos de las revueltas populares, lo que (dicho suavemente) no ayudará a mejorar las relaciones entre Iglesia y progresismo.
Este proceso llega a su paroxismo en la II República, que tratará a la Iglesia como un peligro existencial para su supervivencia y busca separar tajantemente Estado e Iglesia por primera vez en la historia de España (doc 3); la Iglesia, por su parte, hará buenos los temores de los republicanos trabajando desde el minuto 1 por derribar la República (pastoral del cardenal Segura – 1931) y apoyando sin ambages ni disimulos el golpe de Estado del 36, siendo ampliamente recompensada por sus desvelos durante la dictadura franquista, en la que ostentará un poder mayor que en los anteriores cien años (doc 4).
Conclusión: La historia del progresismo español y la Iglesia Católica es una historia de odio encarnizado, en la que las iglesias quemadas y los sacerdotes justificando ejecuciones masivas son culminación de un proceso de décadas en el que es francamente complicado delimitar el instigador inicial. Al cabo, la identificación de la Iglesia con una opción política determinada no le ha ayudado a mantener su importancia para la mayoría de la sociedad.

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